Como las estrellas,
que en mil
puntos diferentes se balancean,
allá donde
mire encuentro sus luces,
allá donde
vaya sus guiños me dejan.
Como enredadera,
que abrazada
al árbol extiende sus brazos
rozando muy
suave siempre mis cabellos
vaya donde
quiera.
Allá donde vaya llevo tu perfume,
me sigue y
me abraza vaya donde quiera,
haga lo que
haga me siguen las luces
de tus ojos
verdes y tu risa tierna.
Y sienta la brisa del mar o la hiedra,
llegue a mí
la lágrima o la risa fresca,
te llevo
clavado muy dentro del alma,
ay amor, y
no sé si soy cárcel o presa.
Elena
Que dulce, que delicado....me encanta esta descripción de la presencia de la persona amada
ResponderEliminarQué bonito, Teresa. No hay palabras.
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