lunes, 11 de junio de 2012

Las voces de los lunes

Cada lunes maldigo al arquitecto del edificio de la Universidad donde me encuentro con ellos. Me hace tardar más de la cuenta con esas poco inteligentes escaleras. Hace dos meses que abrí la puerta de este aula y recuerdo que la primera impresión fue buena. Cuando entré ya preparaba la primera clase Teresa. Me gustó de primeras, sin que hablase. Empezamos bien, pensé.

Escribir no ha sido lo más estimulante de pertenecer a este grupo. Escribir y leer ante personas a las que no había visto en mi vida, esperar el veredicto de Teresa con sus palabras, y de los demás en sus miradas y gestos. Eso es nada al lado de lo realmente interesante de esta experiencia.

Escuchar. Descubrir auténticas joyas ocultas. No todo lo que hemos hecho me ha gustado, pero por todos lados salían una frase bien pensada y colocada, dos palabras ordenadas de un modo inesperado, un párrafo inolvidable, una visión descrita con maestría. Destilando todo lo que se ha hecho, seleccionando, seguro que cada uno sacaría una buena muestra de lo que a su parecer es buena literatura.

Escuchar voces dulces que leen y hacen más bello lo escrito, como si se reescribiese. Me hubiese encantado que Estrella o Teresa o la chica del pelo rizado que tiene la voz mágicamente rota (no recuerdo su nombre) hubiesen leído en voz alta alguna de las cosas que yo escribí.

Qué le vamos a hacer. Esto se acaba y no me he atrevido a confesarlo hasta ahora, cuando ya no queda nada nuevo que leer.

La poesía se me ha atravesado. No he podido con ella. Otras cosas, consciente o inconscientemente, le han robado el tiempo. Quizás he sido cobarde a la hora de escribir en verso. Pero una ventaja tiene. Más corto mi escrito de hoy, más tiempo para escuchar a los demás.



Post data: Recuerdo la tristeza de la tarde sin relato de Estrella. Esa muchacha tiene un don.





3 comentarios:

  1. Joer, Narciso, muchas gracias por la parte que me toca. Esto me ha llegao, ¿eh?, me ha llegao. No lo olvidaré.

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  2. Mil gracias a ti!!En la próxima te recitamos, palabrita!!Besos!!

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  3. Quizás haya sido bueno que no supieras mi nombre, porque no me gusta mi voz, y la has descrito como nunca lo hubiera imaginado. Muchas gracias también. Un beso.

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