Escribir no ha sido lo más
estimulante de pertenecer a este grupo. Escribir y leer ante personas a las que
no había visto en mi vida, esperar el veredicto de Teresa con sus palabras, y
de los demás en sus miradas y gestos. Eso es nada al lado de lo realmente
interesante de esta experiencia.
Escuchar. Descubrir auténticas
joyas ocultas. No todo lo que hemos hecho me ha gustado, pero por todos lados
salían una frase bien pensada y colocada, dos palabras ordenadas de un modo
inesperado, un párrafo inolvidable, una visión descrita con maestría.
Destilando todo lo que se ha hecho, seleccionando, seguro que cada uno sacaría
una buena muestra de lo que a su parecer es buena literatura.
Escuchar voces dulces que leen y
hacen más bello lo escrito, como si se reescribiese. Me hubiese encantado que
Estrella o Teresa o la chica del pelo rizado que tiene la voz mágicamente rota
(no recuerdo su nombre) hubiesen leído en voz alta alguna de las cosas que yo
escribí.
Qué le vamos a hacer. Esto se
acaba y no me he atrevido a confesarlo hasta ahora, cuando ya no queda nada
nuevo que leer.
La poesía se me ha atravesado. No
he podido con ella. Otras cosas, consciente o inconscientemente, le han robado
el tiempo. Quizás he sido cobarde a la hora de escribir en verso. Pero una
ventaja tiene. Más corto mi escrito de hoy, más tiempo para escuchar a los
demás.
Post data: Recuerdo la tristeza
de la tarde sin relato de Estrella. Esa muchacha tiene un don.
Joer, Narciso, muchas gracias por la parte que me toca. Esto me ha llegao, ¿eh?, me ha llegao. No lo olvidaré.
ResponderEliminarMil gracias a ti!!En la próxima te recitamos, palabrita!!Besos!!
ResponderEliminarQuizás haya sido bueno que no supieras mi nombre, porque no me gusta mi voz, y la has descrito como nunca lo hubiera imaginado. Muchas gracias también. Un beso.
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