viernes, 22 de junio de 2012

Victoria (inicio de un pequeño libro de anécdotas de fútbol)

Muchos años después, mientras recorría el campo de fútbol para tratar de rematar aquel saque de esquina, Juan Carlos no era consciente de que llevaba detrás a centenares de personas, espíritus del tiempo que se agolpaban en ese preciso instante junto a él para, al fin, ver cómo La Victoria visitaba su pueblo.
El balón voló desde el córner buscando al único atacante entre los seis contrarios que poblaban el área. Dos pasos, el último para tomar impulso y elevarse; marcar los tiempos en el aire y, con la oposición del guardameta, golpear el balón con la cabeza, con violencia, en el mismo instante en que el cuerpo ha terminado de subir y aún no ha comenzado a bajar. No lo sabía, pero lo aguantaban en el aire las almas salvajes de todos los que en algún momento habían roto zapatos o jugado descalzos en las calles de aquel diminuto pueblo. De los que habían sentido lo especial de jugar mientras la banda de la feria tocaba al borde del terreno de juego. De los que habían esperado con ansias de niños el balón que traía el primo desde Madrid o Barcelona. De los que se habían montado en sus coches como un grupo de amigos y recorrido inmundas carreteras para jugar partidos con equipos de otros pueblos. De todos aquellos salvajes llenos de sentimientos que esperaron a sus colores hasta aquél día.
La Victoria los abrazó y durmieron toda la noche con ella.

Así comienza un proyecto que llevo algún tiempo haciendo. Para recoger anécdotas y entrevistas de las glorias deportivas de un pequeño pueblo de 600 habitantes). Si algún día lo termino os lo hago saber.

3 comentarios:

  1. Ánimo Narciso! Una forma muy creativa y literaria de comentar las jugadas, aquéllas del pasado, que aunque polvorientas y desdibujadas por el tiempo, guardamos con mimo en el rinconcito de la nostalgia.
    Saludos!

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  2. Que buena iniciativa Narciso, felicidades por la publicación.
    Saludos.

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